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Las Brujas de Tepoztlán (y otras óperas inéditas)
Pablo Helguera

 

 

 

 

Las Brujas de Tepoztlán (y otras óperas inéditas). por Pablo Helguera. Cuentos en castellano. ISBN: 978-0-9790766-7-1
0-9790766-7-6 

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Un dandy italiano irascible lanza su piano desde su balcón. Un pintor novohispano bebe un elíxir que le permite ver el futuro. Una famosa videoasta siria desaparece súbitamente por las calles de Jerusalén. En 1977 un cura en Sevilla descubre, debajo de un armario, un manuscrito que resulta ser la primera ópera escrita en las Américas. Un compositor negro norteamericano escribe una obra en los años cincuenta que presagia la decadencia del imperio norteamericano. Siguiendo el dictado de Hermes Trismegisto, Giordano Bruno escribe su obra maestra sabiendo que ésta lo conducirá a la hoguera. La vida de un soldado israelí termina en las manos de una niña palestina. Una mujer de la aristocracia de la Nueva Inglaterra decide morir enterrada en vida antes de descender de clase.

            Las Brujas de Tepoztlán (y otras óperas inéditas) presenta los casos de cuatro óperas disímiles y sospechosamente oscuras, escritas por compositores que, de acuerdo al autor, “están tan olvidados que podrían ser ficticios”, para realizar una fuga a cuatro voces en las tres modalidades de rigor que nos exige el género de la ópera: dramaturgia, escenario y música. Y es en esta celebración de la estética comparada donde van surgiendo una serie de preguntas: ¿Qué porciones de una obra que conocemos y hemos vivenciado le debemos atribuir a su compositor, a sus intérpretes, a sus críticos y a sus cronistas? ¿No es acaso cada obra un producto multitudinario de versiones y puntos de vista? ¿Dónde termina la vida del autor y comienza la de su personaje, y donde termina el mensaje de un autor y comienza el de su intérprete? ¿Hasta qué punto la reinterpretación histórica de una obra se convierte en apropiación?

            Este libro busca poner a prueba la premisa y la conclusión de que si es cierto que en nuestra era “después del fin del arte” la originalidad del estilo artístico se ha colapsado, lo único que nos queda es el contrapunto histórico, estético y circunstancial. Quizá por ello, en este intento —quizá siempre fallido— de que las obras hablen por sí solas, se produzca en el lector una extraña sensación de que en estas páginas críticas los autores, intérpretes, críticos y personajes se fusionan o van intercambiando en diferentes momentos sus papeles como si se tratase de un juego de sillas musicales sin sillas, y con un solo jugador que fuese todos a la vez.

Perfil del autor

            Desde su inesperado nacimiento en Tacubaya, en la ciudad de México, en 1971, Pablo Helguera inició una batalla existencial con tres cosas: la nostalgia, la ficción, y el significado del arte. Su familia recuerda que a los cuatro años, al escuchar una pieza musical, Helguera afirmó: “me gusta mucho esta música: me recuerda a mi infancia”. Miembro de una familia que por tres generaciones ha tenido la música clásica como gremio, tomó clases de piano y canto para luego gravitar inexplicablemente hacia las artes visuales. En una de sus primeras exposiciones, Babel (1993), en el instituto de arte de Chicago, Helguera hizo una re-escenificación exhaustiva de una casual fotografía tomada en 1943 en Xochimilco, donde aparecían su padre y un negociante chicaguense. En 1994, habiendo descubierto la tradición del performance art como su extraña vocación, fundó el fallido Circorama de la Nostalgia Operística, un proyecto que consistía en facilitar vivencias extrañas y memorables para el público. Estacionamientos (1998) presentado en el espacio Tallería en la colonia Roma de México, fue una exposición “multi-individual” o “uni-colectiva” que presentaba a catorce heterónimos artísticos, variados en estilo, edades, procedencias, y estéticas. Parallel Lives (Vidas Paralelas) (2003), presentado en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y en la galería Julia Friedman, consistió en la reconstrucción de las vidas de cinco personajes idealistas y excéntricos, todos incomprendidos en su época: Friedrick Fröebel (el inventor del Kindergarten), Florence Foster Jenkins (la peor soprano de la historia), Giulio Camillo (el inventor de un teatro de la memoria), Ward Jackson (el archivista del museo Guggenheim) y los Shakers (un grupo religioso casi extinto en los Estados Unidos). La exposición, con una guía acústica narrada por Fred Wilson, consistía en varios objetos que ilustraban simultáneamente las cinco biografías.

            Más recientemente, Helguera realizó los proyectos Conservatorio de lenguas muertas (2004-), un compendio de grabaciones fonográficas de lenguas en vías de extinción, y La escuela panamericana del desasosiego (2006),  un viaje por tierra desde Alaska hasta Tierra del Fuego, circundando la carretera panamericana con una escuela ambulante. Su obra forma parte de la colección del Museo del Barrio de Nueva York, así como de varias otras instituciones y museos. En 2005 presentó el performance The Foreign Legion (La legión extranjera) (2005), una ópera consistente en cuatro mesas de debate que se van intercalando entre sí. Es autor de los libros Endingness (Terminalismo) (2005), un ensayo sobre el arte de la memoria, y el Manual de estilo del arte contemporáneo (2005; versión en inglés 2007), un libro de etiqueta social para el mundo del arte.